ROTCEHLANDIA



8 de febrero de 2009

Vanitas


Le conocí en el aula hace quince años. Estudiábamos derecho. La vida era tan diferente entonces. Todos jugabamos a ser adultos, hablar como adultos, pensar como adultos. Todas nuestras acciones eran melodramáticas. Amábamos con abandono. Rabiábamos como guereros de alguna contienda novocentista, quizás como aquel cuadro tan usado de Eugene Delacroix con sus enardecidos ciudadanos y la alegórica Francia blandiendo la bandera como si fuera un lanza. Eramos pequeños sofistas insensatos. Y me enamoré de él sin más. Tenía una novia tonta y regordeta. Busqué la manera de meterme en su grupo de estudio. Forjé a conciencia una amistad con él. Un mes después nos acariciábamos como cachorros a la luz del candil. Eran noches borrascosas de julio en el trópico. Leía poesía clásica china, Li Po, Wang Wei, dotada de tantos desamores. Los ventarrones y la lluvia nos enternecían. No era en nada un oficio intelectual. Era sentirse libre de tocar, acariciar. De ser suave, de bajar las defensas, de crear un pequeño sitio íntimo. Nosotros adentro y el resto del mundo afuera. No fueron tantas las veces que nos quisimos. Pronto se dejó de la novia tonta y regordeta. Comenzó a salir a bares y discotecas. Creo que se aburrió de mí o no me quería tanto. Me sentí desdichado. Trágico. Abatido. El cuerpo me temblaba. Me oía decir entre suspiro y suspiro "Nunca te amarán" como si fuera el vil cuervo que visitaba a Poe: Nunca más.

1 comentario:

energizeyour life dijo...

me ha encanto tu blog en castellano, tienes un arte al escribir, me parece que estoy leyendo una novela,sigue escribiendo, la vida de todos es una novela y tambien le anadimos drama porque parte de nuestra historia es dramatica y nuestra cultura tambien
carinos
Daph